VUELVE LA DRA. PATROCLA POR UN CASO DE SPB

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Es bastante inusual toparse con este tipo patológico, y hacerlo puede generar reacciones contradictorias: de la risa al llanto, de la pena a la furia; puede incluso justificar asesinatos absurdos con floreros, sartenes y cuchillos de manteca. Los casos de SPB surgen, generalmente, en hijos únicos mayores de 26 y menores de 30. Pacientes que viven con madres preocupadas, de las que llaman 4 o 5 veces al día, hombres suavemente tratados, poco acostumbrados al riesgo de la vida diaria con un terror enorme a situaciones altamente sexuales. El SPB o susto post beso es una condición que genera altas contradicciones en las personas que la padecen. "¡Por Dios!" es una muletilla usual para detectar la afección. Primero, se acercan diciendo cosas bonitas, extienden los brazos para jugar con tus cabellos, piden salir, piden pasear, piden tiempo, piden exclusividad y luego de recibir el beso que tanto piden, se alejan. Podemos catalogar como estúpido su accionar irreverente, porque basta con una sesion de besos para alejarse. Ojo, hablan demasiado: una verborrea de deseos falaces que logran confundir hasta a los mercachifles más experimentados del mercado central. "Bla bla bla ", comenta la Dra. M.Cecilia Dexosa Nepe 500mg, especialista en lenguaje subnormal y conductas destructivas, que invita a reflexionar sobre el estado mental de estos pacíficos seres, prestos a los abrazos y el contacto físico, siempre y cuando la interacción con otros no sea sexual, por el delicado estado morfológico de redondes inglinal que impide el alargamiento y buen uso fálico. Se han detectado casos extremos de aritmia al bailar y declamación excesiva de poesía. No son peligrosos, disfrútelos, como siempre aconsejo, del tiempo que duren a su lado y rechácelos cuando decidan retomar sus actividades linguales; ellos siempre vuelven, así que póngase gozadora al dar un rotundo no. Explíquele la teoría del generar amor y destruir el amor, enfrentando a Cassanova con Don Juan, y medíquelo con tres cucharas de deseo antes de mandarlo a casa.