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Bueno, yo tampoco. Pero hace unos meses y de pura sapa me puse a escuchar las canciones que Daniel Adrián tenía en su muro de Hi5. Me quede un poco loca con lo especial que me sentí al escucharla. Su voz, el falsete, la nota blue y la dulzura. Evidentemente, educadísima por sus prácticas en el coro de una iglesia Batista, lo que podemos considerar un elementos común con otros grandes que iniciaron sus carreras por la dinámica en estas iglesias. Thelonious Monk, fantástico pianista jazz, es un buen ejemplo. Esa historia si es interesante. Otro día. 

Tenía 13 cuando escuché a Turf en mtv Argentina. Recuerdo los sonidos ligeros y divertidos que marcan sus canciones. Mi visión del rock se desdibujó con todas esas trompetas y congas incluidas en el casanova, y perdí la paz que Spinetta me dejó en el video anterior. Me reconocí en esa mezcla de influencia Suigenesiacacalamarezcatangueraparanoica. Comencé la difícil búsqueda de turf entre legales y piratas. No lo encontré. Entonces, me recomendaron ir a Galería Brasil. No fuí. Era muy chibola para ese trip. Me superaba su nivel.

5 años después, el gran Toti me abrazó y me las presentó, advirtiéndome sobre los peligros de subir por las escaleras equivocadas. Su abracito rico me acompañó en el paseíto idílico de la juventud. Entonces, encontré un disco de Turf en la vitrina y no pregunté, por ser una chibola lorna. Al final, nunca tengo buenas historias que contar. Sólo quiero que los escuchen.

Pd. Si mal no recuerdo, el único que tiene buenas historias en las Galería Brasil es el Sr. Nateri. ¿Qué será de usted, Sr. Nateri?