Cuando tocas mi bandeja de entrada



Cuando llegas nuevamente solicitando mi atención con tu espíritu amable ha llenarme de novedades e ideas, entiendo que me envías guiños y flores, que me extrañas, que me necesitas y necesitas de mi amor en respuestas cortas y exactas. Y es que tu amas contrariado, contrapicado, controvertido, Contreras a lo que quieres admitir. 

Cuando luchas por salir del caos sólo para hablarme y reconstruir nuestra precaria intimidad, siento que estiras los brazos para engancharlos con los míos. Dejemos que nuestros brazos se estiren por toda la avenida Venezuela y que se encuentren en Metro de Faucett. Dejemos que se encuentren en la mitad de la ruta que todavía nos une. 

Que así se entienda que no hemos dejado de amarnos. Es sólo que somos un par de prematuros viejos viviendo más de la amistad que del coito.

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